Batalla táctica entre Mou y Simeone

16.05.2013 19:56

Simeone

Nunca lo han ocultado pese a la gran rivalidad existente en la capital de España entre Real Madrid y Atlético de Madrid. Sus técnicos, el portugués José Mourinho y el argentino Diego Pablo Simeone se procesan una mutua admiración. Dos ganadores que deparan una nueva batalla táctica en la final de Copa. Bajo un mismo dibujo táctico, un 4-2-3-1, la final de Copa del Rey que se disputa en el estadio Santiago Bernabéu acoge dos estilos distintos de fútbol. El madridista amparado en el contragolpe más letal del planeta futbolístico. El rojiblanco en el equilibrio de un bloque que rema unido por el mismo objetivo.

 

 

"Vivo el fútbol y la vida de manera intensa. Tengo una motivación espectacular cuando debo hacer una cosa. Me vuelvo loco". Es una frase del libro 'Efecto Simeone' que perfectamente podría firmar Mourinho. Aunque a la final los dos técnicos llegan en distinto momento con sus grupos de trabajo. El argentino con todos en su bolsillo. El portugués enfrentado a buena parte del vestuario.

 

 

"Hay que tener en la cabeza que nadie es más importante que nadie, y que cuando alguien lo cree está más cerca del fracaso que del triunfo", añade en su manual de estilo Simeone. Lo aplica a su grupo. Mourinho habla en el aspecto contrario. "Hay un futbolista que se cree que está por encima del resto", dijo señalando a Iker Casillas en un pulso personal que la afición del Bernabéu no ha perdonado al técnico portugués.

 

 

Mourinho y Simeone se tienen bien estudiados. Se conocen al dedillo. El primer pulso que plantearán será por la posesión del balón. ¿Lo querrá alguien?. El Real Madrid juega más cómodo lanzando contragolpes que en ataques estáticos. El Atlético lo sabe y tomará precauciones.

 

 

Mourinho tiene futbolistas para tener el balón, para dormirlo, pero está prohibido en su decálogo pese al crecimiento del protagonismo del croata Luka Modric. Xabi Alonso lanza un fútbol directo en corto y explotando su precisión en el pase en largo. Tiene las espaldas cubiertas con el alemán Sami Khedira que asegura el trabajo de destrucción en la 'zona de máquinas'.

 

 

Mesut Özil pone la calidad en las transiciones y en la visión del último pase. El importante. Cristiano Ronaldo y Ángel Di María, si juega, aumentan una marcha a cada jugada. El portugués le añade pegada y Karim Benzema habita por la zona del nueve pero con más licencia para asociarse que pasión por el remate.

 

 

El fútbol vertical del Real Madrid nace desde la defensa, la zona en la que más justo llega el equipo de Mourinho. Sin los lesionados Raphael Varane y Marcelo. Con Álvaro Arbeloa y Sergio Ramos recién recuperados. Pepe apartado por sus declaraciones en defensa de Iker Casillas que será suplente de Diego López y verá la final desde el banquillo. Raúl Albiol es la alternativa como pareja de Ramos, con Michael Essien de lateral derecho y Fabio Coentrao izquierdo.

 

 

El sistema del 'Cholo' se mantendrá fiel a un estilo que en las finales ha dado resultado. También ante grandes del fútbol europeo como Inter de Milán o Chelsea. Intentará realizar una labor psicológica que haga enterrar a sus jugadores un complejo de inferioridad que ha ido creciendo a base de años sin ganar a su gran rival. La noche antes de la final llamará a la puerta de la habitación de cada uno de sus jugadores para decirles a la cara de forma individual lo que espera de ellos en el partido.

 

 

Es la motivación de Simeone. La que ha devuelto una identidad al Atlético de Madrid para colocarle de nuevo en el camino del éxito y permitir a la afición volver a saborear títulos. Su equipo sabe competir en los días importantes. Y al coliseo de la Castellana saltará con su once de gala.

 

 

Señalada en rojo la posibilidad de hacer daño en acciones a balón parado, el mal endémico madridista que no consigue corregir ninguno de sus entrenadores. Y con dudas por despejar. La apuesta por la experiencia de Tiago o la fuerza de la juventud de Mario Suárez en la medular. El premio a la constancia de Koke Resurrección en su primer gran año o el recuerdo de la magia de Adrián López que este año salió con cuentagotas. Puede ser su as en la manga.

 

 

Será clave la zona donde el Atlético de Madrid inicie la presión. La búsqueda del desgaste físico del rival. El lugar donde asfixie al 'cerebro' Xabi Alonso. Simeone junta las líneas de su equipo que se mueve en bloque. Facilita las ayudas defensivas a una línea formada por Juanfran Torres y Filipe Luis en los laterales; Miranda y Godín como centrales.

 

 

Gabi llevará el mando rojiblanco. La calidad de Arda Turan es la esperanza y el ataque con la entrega de Diego Costa, que genera el desequilibrio en la zaga rival, y el remate del que está considerado uno de los mejores nueves del mundo, Radamel Falcao.

 

 

Simeone apostará por músculo en el centro del campo para obligar a su rival a jugar en largo. Y en su juego directo encontrará un filón en la movilidad de Diego Costa y los desmarques de Falcao. Los dos serán clave en acciones a balón parado. Las cartas están sobre el tapete. Una nueva batalla táctica se avecina.

 

 

PLENO DE VICTORIAS PARA MOU Y DE DERROTAS PARA CHOLO La final de la Copa del Rey del próximo viernes pondrá a prueba dos rachas completamente opuestas de sus entrenadores, José Mourinho y Diego Simeone, en el derbi entre Real Madrid y Atlético, con, hasta ahora, pleno de triunfos del portugués y de derrotas del primero jugador y ahora preparador argentino.

Nunca ha ganado el 'Cholo' un duelo ante el 'eterno' rival como rojiblanco. Ni cuando era aquel centrocampista con carácter, fuerza, llegada y competitividad que jugó cuatro temporadas y media, en dos etapas diferentes, y que ganó el 'doblete' en 1995-96 con el Atlético, ni ahora que lo dirige desde el banquillo con gran éxito.

Real Madrid, Barcelona, Valencia, Mallorca, Sporting de Gijón y Racing son los únicos equipos a los que Simeone aún no ha ganado desde que debutó, en enero de 2012, como entrenador del Atlético. Al resto de rivales, 26, que se ha medido en competición oficial desde su vuelta a España ya como técnico los ha vencido al menos una vez.

Ya le pasó como jugador del Atlético frente al Real Madrid, en sus cinco choques ante ese adversario en su etapa como futbolista rojiblanco, desde su estreno en un choque ante el 'vecino' de la capital de España, el 5 de diciembre de 1994, con una derrota por 4-2 en el estadio Santiago Bernabéu, aunque anotó uno de los goles.

Tampoco le ganó en el curso del histórico 'doblete', en 1995-96, con el Atlético como campeón de Liga y Copa del Rey, pero doblegado en sus compromisos contra el conjunto blanco: en el Vicente Calderón por 1-2, con expulsión suya incluida en el minuto 55, y en campo contrario por 1-0. En 1996-97 perdió 3-1 y en 2003-04 por 2-0.

Sí ha vencido al Madrid con la camiseta de otro equipo: primero con el Sevilla en el Sánchez Pizjuán en 1992-93 (2-0) y después con el Inter de Milán, en la edición de 1998-99 de la Liga de Campeones, cuando el conjunto italiano se impuso por 3-1 en San Siro.

Ahora, en el banquillo, también ha perdido sus tres derbis frente al Real Madrid: dos en el Vicente Calderón, por 1-2, el pasado 27 de abril, y 1-4, la pasada campaña, y uno en el Santiago Bernabéu, esta misma temporada, el 1 de diciembre de 2012, por 2-0, antes de reencontrarse con ese contrincante en la final de Copa del viernes.

En los tres venció el equipo de Mourinho, infalible en sus derbis desde que asumió el cargo de técnico del Real Madrid. Los ha ganado todos, ocho, con sólo cinco goles en contra y 20 a favor, desde el 2 de noviembre de 2010, la primera vez que saboreó la pasión de un duelo de máxima rivalidad en la capital de España.

Ese día, en la décima jornada de la campaña 2010-11, superó a su oponente por 2-0. Además de su debut y los tres últimos, el técnico luso festejó también la victoria en otros cuatro encuentros frente al Atlético, dos en cuartos de final de la Copa del Rey de ese curso (3-1 y 0-1) y otros dos en la Liga (1-2, en 2011, y 4-1, en 2012).